Recuerdas cuando creíamos que nada iba a cambiar, que nadie nos podía tocar, que nosotros no teníamos sangre en las venas.
Recuerdas las noches de escándalo, bebidos en ron, fumando tanto que al cáncer le daba miedo asomarse, que nos divertía golpear a cualquiera, por cualquier motivo, en cualquier lugar, a cualquier hora, con tal de sentir que podíamos. ¿Recuerdas que dejaba que estés alto para poder golpearte más, y más, y más?
Sable, recuerdas que me dijiste que si seguía sufriendo me ibas a matar y todo se arregló, seguí viviendo… recuerdas que me dijiste que si volvía a estar doliente no iba a darme cuenta del final, que ya solo dependía de ti…. y te di las gracias por si algún día tenias que hacerlo.
Éramos los peores amigos, nunca nos cuidábamos, nunca nos preguntamos si teníamos problemas, solo asumíamos las cosas, y nos empujábamos al límite, siempre vacilando.
Recuerdas cuando jugábamos con el revólver de tu tío, y siempre sabíamos cuando parar, y eso nos hizo creer que éramos dueños del destino, ¿Qué suerte verdad?, suerte que no nos tuvimos que cargar a nadie Sable, suerte que solo tú y yo sabemos que pasó. Y por eso te tuviste que ir. “Volveré si se que estas mal, volveré a acabar contigo”, eras el peor amigo que alguien podía tener, pero aun así estaba agradecido.
¿Recuerdas cuando deteníamos los autos Sable? Me atropellaron por ser prudente…. Aun te estarías burlando.
Espero que estés vivo, en algún lugar. No me extrañaría que estés muerto, y debe ser así, porque estuve mal, y nadie vino a acabar conmigo. Menos extraño sería que hubieras embarazado a la persona que más detestas y quien sabe porque razón no puedes dejar, que hubieras dejado la vida que llevabas, que hayas conseguido trabajo, que ganes más de 2000 soles al mes, que vivas en un minidepa, uses terno a diario, leas el diario los domingos, tengas sexo 2 veces por semana, tomes cerveza, tengas barriga, ojeras por el sacrificio, sueño a partir de las 10 de la noche, 3 pares de zapatos, mas de 30 camisas, todas John Holden, tus suegros te adoran, eres todo lo que nunca quisiste ser. Ojala que sea así Sable, porque si no, no te perdonaría que no estuvieras aquí cuando pasó todo lo que me pasó. Ojala sea así, y sea yo quien tenga que acabar contigo, como te prometí.
Sable, recuerdas que inconcientes éramos y recuerdas que inocentes somos?
Sr. Gereda
jueves, 3 de julio de 2008
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