Si alguna vez has visto un muerto (ya sea en un féretro o donde fuera) ¿te haz dado cuenta que esa persona que ves allí de ninguna manera esta dormida? Algo en ti no acepta la idea que ese cuerpo esté vivo, algo en ti lo siente vacío, como si tuvieras la impresión que ese cuerpo que ves allí es simplemente un objeto, algo vacío…
¿Alguna vez te has preguntado por qué cuando estas deprimido, tu cuerpo responde a eso con decaimiento? Debe haber una relación existente entre lo que piensas, la parte psíquica y lo que sientes, la parte orgánica…
Entonces partiremos del conocimiento, más particularmente, de la manera en que funciona el conocer; entonces, las personas “conocen” a partir de dos actos de conocer: los actos transitivos y los actos inmanentes. Primeramente aquellos actos se basan en los órganos de los sentidos que son los encargados de reportar todo lo que acontece en la realidad, luego “las impresiones” causadas en los órganos de los sentidos son “reportados” y “procesados” en el cerebro para abstraer los cognoscible y por lo tanto el conocimiento… Pero no nos alejemos mucho, los actos transitivos son aquellos que nos permiten conocer pero de modo que “solo se conoce” o se “abstrae lo cognoscible” al terminar de realizar el acto de conocer, por ejemplo, si una persona quiere aprender a cocinar un plato “X” solamente “aprenderá” cuando haya terminado de preparar el plato “X” (osea cuando el plato este totalmente terminado); entonces podemos decir que el acto de conocer y “lo conocido”, a partir de los actos transitivos, son dos “cosas” distintas; esta clase de actos – los actos transitivos – requieren, por lo tanto, un periodo de tiempo determinado en el que se realiza y necesariamente dependen de “ese” tiempo, del mismo modo, este acto transitivo de aprender a cocinar el plato “X” es una secuencia de varios actos transitivos también que conforman solamente un acto transitivo más elaborado al final.
Por el contrario, los actos inmanentes, son actos en los cuales “lo cognoscible” o “el conocimiento” se conoce desde el mismo instante en el que el acto de conocer comienza a operar, por ejemplo, en el acto de ver una pintura, “lo cognoscible” (la pintura en sí o los colores que capta el ojo humano) es conocido desde el primer instante en el que el acto de ver empieza a funcionar, entonces el acto de ver será lo mismo que el conocimiento que se abstrae (la pintura) en todo momento, desde que uno empieza a ver hasta el momento en que se deje de ver la pintura… Esta clase de actos no necesita de tiempo en el que se realice ya que el acto de conocer y el conocimiento son intemporales entre sí, y además suceden en el mismo momento; de manera que el acto inmanente es independiente del tiempo…
Habiendo establecido ambas diferencias podemos continuar; entonces, las personas y solamente ellas son capaces de realizar ambas clases de actos de conocer, los actos transitivos y los actos inmanentes… De manera que en nuestra vida realizamos ambos actos para conocer la realidad; y debido a eso es que a partir de los actos del conocer que realizamos tenemos dos naturalezas: Una es completamente orgánica y realiza actos transitivos para concretar actos transitivos mucho más elaborados y poder así llegar al conocimiento, ésta parte “orgánica” es nuestra naturaleza terrenal puesto que depende del tiempo y del espacio…
La otra naturaleza es etérea (Aristóteles le llamaba “inteligencias puras”) y se basa en los actos inmanentes que realizamos para “conocer”, además del hecho que esta naturaleza etérea de ninguna manera depende del tiempo y al ser independiente del tiempo trasciende a la muerte de la parte orgánica del cuerpo; esta parte etérea es el alma, y debido a que sólo la persona humana es capaz de realizar los actos inmanentes, nosotros y sólo nosotros tenemos alma…
Los actos inmanentes, como el acto de pensar o reflexionar tienen una base en la libertad, los valores y virtudes; y solamente la persona posee estas características, ningún animal es capaz de realizar actos inmanentes, mucho menos se basan en la libertad de sus actos, ni poseen valores ni virtudes… Solamente la persona humana posee alma y eso la hace el ser más especial de este universo, ni siquiera millones de años de evolución le darían a algún animal (por mas desarrollado que sea) el alma que posee el ser humano ni el poder que en ella reside…
Dios le entregó el alma solamente al ser humano, y con ella le dio muchas responsabilidades; como diría el tío Ben: Un gran poder trae consigo una gran responsabilidad…
De manera que el alma y la persona humana, y esa conjunción propia de nuestra naturaleza, es lo mas especial de este universo; y que, al mismo instante que sucede la fecundación, ya se realiza el primer acto inmanente de la persona humana que esta en camino: Cuerpo y alma se conjugan y comienzan el acto inmanente de “ser”, de ser persona humana, la conjugación de ovulo y espermatozoide define la persona humana que a la vez empieza a desarrollarse, y toda su vida será una constante definición y desarrollo de la persona humana…
El alma en cada uno de nosotros es la parte más especial que poseemos, con ella sentimos el amor y la soledad, con ella olvidamos y extrañamos, con ella somos libres, con ella somos diferentes del resto de personas, pero aun siendo diferentes no somos ajenos ni extraños al alma de cada una de las personas que nos rodean…
No podemos provenir de ningún animal puesto que ellos no poseen alma y la evolución no te la dá, ni tampoco es posible que alguna computadora (por mas rápida o capacitada que sea) supere las capacidades que posee la persona humana y el alma que es inherente a ella (como la libertad, valores y virtudes), ya que solamente nosotros somos capaces de realizar los mas sublimes actos que nacen del alma… Eso es sólo una pequeña muestra de las potencias del ser humano…
¿Pero cual es la verdadera potencia de conocer la existencia del alma y la definición del ser humano y persona humana?
Si todas las personas conocieran los especiales que son, lo especial y único que es su prójimo debido a que tenemos alma, entonces teniendo una conciencia de tal magnitud, seria mucho más difícil que existan la violaciones de los principales principios morales o éticos, como son el respeto a la vida y la integridad de la persona humana…
Entonces ahora quizás sea mas fácil responder alguna pregunta que haya quedado suelta en alguna columna anterior (columna llamada 01- …algunas preguntas… ); de manera que puedes ahora responder en forma personal, ¿De que manera las personas que tienen mayor acceso a la información, educación, dinero, oportunidades serán realmente consecuentes y conscientes de sus actos y de la influencia que éstos tienen sobre su propia existencia y de la de los demás?
-Sr. Ventura-
viernes, 16 de noviembre de 2007
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